El Atlético de Madrid se clasificó al Mundial de Clubs de un modo bastante heroico, apeando al FC Barcelona gracias a la épica eliminación al Inter de Milán en la Champions 2024. Gol de Memphis y pasamos en penales. El Inter el año anterior fue finalista de la Champions y al año siguiente también.
Esta competición, que más pronto que tarde va a tener su merecido reconocimiento y prestigio, es un gran escaparate, una gran fiesta del fútbol de clubs a nivel mundial además de una mina de oro para los equipos participantes, que se pueden llegar a embolsar hasta 150M por ganarlo, 70M por llegar a cuartos de final.
El equipo, con esta plantilla, acabó líder la primera vuelta y se metió en el Top8 de la Liguilla de Champions, pero a la hora de la verdad se demostró ser una plantilla desequilibrada y con varios huecos por cubrir, sobre todo en la banda izquierda y en la parcela más creativa.
Se lleva hablando meses del fichaje de Baena, un jugador que predomina en la banda izqueirda y con una gran capacidad creativa además de sacrificio defensivo. Llevamos con la cantinela de Baena desde el pasado verano cuando se firmó a Sorloth.
A muchos medios nos han filtrado lo firmado que estaba, lo cerca que estaba de llegar, hasta la cuantía económica… y eso nos ha hecho transmitir una ilusión quizá desmedida.
Hoy hay ira, decepción, frustración y negativismo frente a una competición que, con todos mis respetos, debemos competir y afrontar con ilusión porque tenemos plantilla para ello.
En la liguilla nos enfrentaremos al PSG, campeón de la Champions y equipo al que ya ganamos en su casa esta temporada, y a dos equipos de los que somos tremendamente superiores: Seattle y Botafogo.
De pasar, que sería un tremendo fracaso no hacerlo, el cruce es contra Al Ahly, Inter Miami, Oporto o Palmeiras. El Atleti es superior a cualquiera de esos.
Y después en cuartos… ya se verá. Quizá con refuerzos, quién sabe.
El problema es el de siempre, la directiva no termina de entender a la afición. Vemos nuevos patrocinadores, mejoras sustanciales de contratos, proyecto institucionalmente ambicioso… pero también vemos como los rivales y vecinos fichan para competir este mundial y nosotros anunciamos a bombo y plantillo que nos quedamos en propiedad a los cedidos.
Todo ese crecimiento fuera del campo no lo vimos en navidades cuando ya se detectó que la plantilla tenía carencias ni lo vemos ahora reflejado en el campo.
Un título al que deberíamos ir con ilusión lo afrontamos con cabreo y decepción… por 5 millones de euros de diferencia entre las partes.
Pero ojo… que aún quedan 8h para el cierre del mercado.
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